Me gusta dibujar umbrales y puertas semiabiertas, Al plantarse delante de ellos uno se imagina lo que habrá detrás, lo que ocurrirá si los cruzamos Algo así ocurre con las escaleras. Nos intriga a dónde nos llevará la escalera estrecha de una casa abandonada o de una fortaleza. Por esto y por la influencia de un libro gráfico estupendo llamado El Armario Chino de Javier Sáez Castán (Que me regaló Lucía) introduzco este elemento arquitectónico asociado a estos dibujos de muertes y muertos, es decir, un elemento misterioso.
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